viernes, marzo 14, 2008

CARTA DE JESUS A RUTH



CARTA DE JESUS A RUTH

Ruth miró en su buzón del correo, pero
solo había una carta. La Tomó y la miró antes de
abrirla, pero luego la miró con más cuidado.
No Había sello ni marcas del correo, solamente su nombre y
dirección. Leyó la carta:
Querida Ruth: Estaré en tu vecindario el sábado en la
tarde y pasare a visitarte. Con amor, Jesús
Sus manos temblaban cuando puso la carta sobre la mesa.
"¿Por qué querrá venir a visitarme el Señor? No soy
nadie en especial, no tengo nada que ofrecerle..."
Pensando en eso, Ruth recordó el vacío reinante en los
estantes de su cocina. "¡Ay no! ¡No tengo nada para
ofrecerle! Tendré que ir al mercado y conseguir algo
para la cena". Buscó la cartera y vacío el contenido
sobre la mesa:
cinco dólares y cuarenta centavos. "Bueno, comprare
algo de pan y alguna otra cosa, al menos." Se echo un
abrigo encima y se apresuró a salir. Una hogaza de pan
francés, media libra de pavo y un cartón de leche... y
Ruth se quedo con solamente doce centavos que le
deberían durar hasta el lunes. Aún así se
sintió bien camino a casa, con sus humildes
ingredientes bajo el brazo.
"Oiga, señora, ¿Nos puede ayudar, señora?"
Ruth estaba tan absorta pensando en la cena que no
vio las dos figuras que estaban de pie en el pasillo.
Un hombre y una mujer, los dos vestidos con poco mas que
harapos. "Mire, señora, no tengo empleo, usted sabe,
y mi mujer y yo hemos estado viviendo allá afuera en
la calle y, bueno, esta haciendo frío y nos esta dando
hambre, y bueno, si usted nos puede ayudar, señora,
estaríamos muy agradecidos..."

Ruth los miro con mas cuidado. Estaban sucios y tenían
mal olor y, francamente, ella estaba segura de que
ellos podrían obtener algún empleo si realmente quisieran.
"Señor, quisiera ayudar, pero yo misma soy una mujer
pobre. Todo lo que tengo es unas rebanadas
y pan, pero tengo un huésped importante para esta
noche y planeaba servirle eso a “ Él ”
Si, bueno, si señora, entiendo. Gracias de todos modos.
"El hombre puso su brazo alrededor de los hombros de la mujer y
se dirigieron a la salida. A medida que los veía
saliendo, Ruth sintió un latido familiar en su
corazón."¡Señor, espere!" La pareja se detuvo y
volteo a medida que Ruth corría hacia ellos y los
alcanzaba en la calle.
"Mire: ¿Por que no toma esta comida? Algo se me
ocurrirá para servir a mi invitado...",
y extendió la mano con la bolsa de víveres. "¡Gracias,
señora, muchas gracias!" "¡Sí, gracias!", Dijo la
mujer y Ruth pudo notar que estaba temblando de frío.
"¿Sabe? Tengo otro abrigo en casa. Tome
este", Ruth desabotono su abrigo y lo deslizo sobre
los hombros de la mujer.
Y sonriendo, volteó y regresó camino a casa...
sin su abrigo y sin nada que servir a su invitado.
"¡Gracias, señora, muchas gracias!"
Ruth estaba tiritando cuando llego a la entrada.
Ahora no tenía nada para ofrecerle al Señor.
Busco rápidamente la llave en la cartera. Mientras lo
hacia noto que había otra carta en el buzón. "Que
raro, el cartero no viene dos veces en un día."
Tomo el sobre y lo abrió:
Querida Ruth: Que bueno fue volverte a ver. Gracias
por la deliciosa cena, y gracias también por el hermoso abrigo.
Con amor, Jesús
El aire todavía estaba frío, pero aun sin su abrigo,
Ruth no lo notó.