miércoles, febrero 13, 2008

UN VERDADERO AMOR SIN RESERVAS



PAPITO... CUANTO ME AMAS ?

El día que mi Hija nació, en verdad no sentí gran alegría.
Por que la decepción que sentía parecía, ser más grande que
el gran acontecimiento que representa tener una hija.
¡Yo quería un varón!
A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres,
una lucía pálida y agotada y la otra radiante y dormilona.
En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de mi Mary Jose
y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante,
fue entonces cuando empecé a amarla con locura.
Su carita, su sonrisita y su mirada no se apartaban
ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar,
la miraba en cada niño o niña, hacía planes sobre planes,
todo sería para mi Mary Jose.
Este relato era contado a menudo por Augusto,
el padre de Mary Jose y Yo también sentía gran afecto
por la niña que era la razón más grande para vivir de Augusto
según decía el mismo.
Una tarde estaba mi familia y la de Augusto,
haciendo un picnic a la orilla de un río cerca de casa
y la niña entabló una conversación con su papá, todos escuchábamos:
Papi,... cuándo cumpla quince años ¿Cuál Será mi regalo?
-Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos,
¿No te parece que falta mucho para esa fecha?
Bueno papito,... tu siempre dices que el tiempo pasa volando,
aunque yo nunca lo he visto por aquí.
La conversación se extendía y todos participamos de ella.
Al caer el sol regresamos a nuestras casas.
Una mañana me encontré con Randolf enfrente del colegio
donde estudiaba Mary Jose quien ya tenía catorce años.
Augusto se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro.
Con gran orgullo me mostraba las calificaciones de Mary Jose,
eran notas impresionantes, ninguna bajaba de diez puntos
y los estímulos que les habían escrito sus profesores
eran realmente conmovedores, felicite al dichoso papá.
Mary Jose ocupaba toda la alegría de la casa,
en la mente y en el corazón de la familia,
especialmente en el de su papá.
Fue un Domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa,
cuando Mary Jose tropezó con algo, eso creíamos todos y dio un traspié,
su papá la agarró de inmediato para que no cayera...
Ya instalados en la iglesia, vimos como Mary Jose fue cayendo
lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento.
La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba
un taxi hacia el hospital.
Allí permaneció por diez días y fue entonces
cuando le informaron que su hija padecía una grave enfermedad
que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo definitivo,
qué debía practicarle otras pruebas para llegar a un diagnóstico firme.
Los días iban pasando, Augusto renunció a su trabajo
para dedicarse al cuidado de Mary Jose, su madre quería hacerlo
pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos
eran superiores a los de él.
Una mañana Augusto se encontraba al lado de su hija,
cuando ella le preguntó:
-¿Voy a morir, no es cierto? ¿Te lo dijeron los doctores?
-- No mi amor...no vas a morir, Dios que es tan grande,
no permitiría que pierda lo que más he amado sobre este mundo,
respondió el padre.
-¿Van a algún lugar?
¿Pueden ver desde lo alto a su familia?
¿Sabes si pueden volver? preguntaba su Hija.
- Bueno hija,... en verdad nadie ha regresado de allá
a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría sola,
estando en el mas allá buscaría la manera de comunicarme contigo,
en última instancia utilizaría el viento para venir a verte.
-¿Al viento? ¿Y cómo lo harías?
-No tengo la menor idea hijita, solo sé que si algún día muero,
sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara
y una brisa fresca bese tus mejillas.
Ese mismo día por la tarde, llamaron a Augusto, el asunto era grave,
su hija estaba muriendo.
Necesitaban un corazón, pues el de ella no resistiría
sino unos quince o veinte días más. ¡UN CORAZÓN!
¿Dónde hallar un corazón?
¡Un corazón!
-¿Dónde Dios mío?
Ese mismo mes, Mary Jose cumpliría sus quince años.
Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante,
una esperanza iluminó los ojos de todos, las cosas iban a cambiar.
El Domingo por la tarde ya Mary Jose estaba operada,
todo salió como los médicos lo habían planeado.
¡Éxito total!
Sin embargo, Augusto todavía no había vuelto por el hospital
y Mary Jose lo extrañaba muchísimo, su mamá le decía que ya
todo estaba muy bien y que su papito sería el que trabajaría
para sostener la familia.
Mary Jose permaneció en el hospital por quince días más,
los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón
estuviera firme y fuerte y así lo hicieron.
Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá y su mamá
con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre:
"Mary Jose, hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta,
ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho,
esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron.
No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento
no estar a tu lado en este instante.
Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta
a una pregunta que me hiciste cuando tenias diez añitos
y a la cual no respondí.
Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi hija...
Te regalo mi vida entera sin condición alguna,
para que hagas con ella lo que quieras.
¡¡Vive hija!!
¡¡Te amo con todo mi corazón!!
Mary Jose lloró todo el día y toda la noche;
Al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá;
lloró como nadie lo ha hecho y susurró:
" Papi,... ahora puedo comprender cuanto me amabas,
yo también te amaba y aunque nunca te lo dije,
ahora comprendo la importancia de decir "Te Amo" y te pediría perdón por haber guardado silencio tantas veces ".
En ese instante las copas de los árboles se mecieron suavemente,
cayeron algunas hojas y florecillas, y una suave brisa
rozó las mejillas de Mary Jose, alzó la mirada al cielo,
intentó secar las lagrimas de su rostro,
se levantó y emprendió regreso a su hogar.


Si este mensaje tocó tu corazón, compartelo a tus mejores y buenos amigos como señal de tu amistad, en estos momentos aunque yo estoy conmovido, decidí compartir
esto contigo y decirte: Por favor nunca dejes de decir "TE AMO"
No sabes si será esa... La ultima vez !

CADA DIA A CADA INSTANTE EXPRESA TU AMOR